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Ausencias laborales injustificadas ¿Qué hay realmente detrás?

staff absence work

Todos sabemos que fingir una enfermedad es inaceptable. Pero también sabemos que hay quien no tiene reparos en hacerlo. Gestionar bien las ausencias laborales injustificadas beneficia a todos.

En los dos últimos años, las bajas por enfermedad han aumentado considerablemente. La mayoría de ellas relacionadas, de verdad, con la salud. Pero, también somos conscientes de que muchas personas han conseguido enmascarar las verdaderas razones de su baja laboral bajo la apariencia de un revés de salud. No es algo nuevo.

La mayoría de los trabajadores reconocen que coger una baja por enfermedad cuando no se necesita es injusto. Pero, esto no impide que haya quien abuse, de todas formas, de estos permisos remunerados.

Las ausencias laborales injustificadas son costosas. Y muy perjudiciales para las organizaciones. Más aún, en un momento en el que la productividad necesita un impulso extra para recuperarse.

Bajas laborales injustificadas que «salpican» al equipo

Cuando alguien se coge una baja injustificada, los compañeros se resienten.  Ellos tendrán que recoger el testigo de quienes se ausentan bajo la sospecha de una baja por enfermedad no del todo cierta. Esto provocará un clima de tensión en el equipo, en el departamento o, incluso, en el entorno corporativo, en general.

Utilizar un software de RRHH facilita el seguimiento de los niveles de ausencia generales. Pero, también, permite identificar tendencias o patrones. Y poner el foco en los “ausentes habituales”. Ahora bien, los datos, por sí solos, no responden a la pregunta clave de por qué la gente siente que no puede/debe ser del todo honesta. Ni explicar las razones reales por las que se ausenta tantas veces del trabajo.

No es fácil hacer que los empleados hablen abiertamente sobre las verdaderas razones que les impulsan a “desaparecer” temporalmente del trabajo. Pero, sin duda, sería fascinante para cualquier directivo poder analizar las verdaderas causas que lo provocan. Con esa información en su poder, sería más sencillo descubrir lo que hay  detrás de las ausencias laborales injustificadas.

Un buen comienzo pueden ser las encuestas de clima. Estas herramientas ayudan a tomar el pulso sobre un aspecto concreto. Los empleados responden abiertamente, amparados en el anonimato.  Y los directivos reciben la información que buscan para mejorar la toma de decisiones.

No obstante, detrás de las ausencias laborales injustificadas podemos encontrar:

Desconexión y estrés de los empleados

Muchas ausencias de corta duración están relacionadas con la falta de motivación con el trabajo. Hablo de personas tan desconectadas de la organización que el simple hecho de pensar en ir al trabajo les agobia hasta el punto de no poder ni salir de la cama. La causa puede tener que ver con las malas relaciones en el entorno laboral. O quizá, son personas que se esfuerzan demasiado por hacer frente a las presiones y exigencias que les impone la organización.

Lo cierto es que cuando alguien no siente una conexión sana con su trabajo o está continuamente sometido a un elevado nivel de estrés, es más fácil que tenga la “tentación” de tomarse un día libre. Aunque solo sea para sentir un poco de alivio. Y esto, lógicamente, incrementará el nivel de ausencias laborales injustificadas.

Responsabilidades de cuidado

Es posible que los empleados soliciten una baja por enfermedad porque necesitan tiempo para cuidar de otras personas. Puede que un familiar esté enfermo. O que tenga que acompañar a un pariente mayor a una cita médica. Otra razón la encontramos en los niños. Cuando hay vacaciones escolares, un día festivo en el colegio o una huelga de profesores. ¿Quién se queda con los pequeños?

Evidentemente, se trata de cuestiones delicadas que los managers y los responsables de RRHH tienen que tratar con sutileza. Muchos empleados piensan que este tipo de responsabilidades les harán quedar mal con sus jefes, o con sus compañeros. O, que pueden dejarles fuera en la carrera por un ascenso.

La vida cotidiana

Todos hemos tenido alguna vez la sensación de que los fines de semana tienen menos horas que los días laborables. Estos días como que te quedas atrapad@ en una montaña de tareas. Casi todas personales, o familiares: actualizar el seguro del coche, hacer la Declaración de la Renta o pagar cualquier otro impuesto -circulación, IVI, …-, acudir a la oficina de correos o a recoger cualquier otro paquete que no hemos podido recoger porque no estábamos en casa, … No sé. Hay un montón de cosas que te dejan poco tiempo para descansar antes de volver el lunes de nuevo al trabajo.

Con tanta gente que trabaja tantas horas al día, puede resultar prácticamente imposible solucionar las cuestiones administrativas del día a día. Puede que haya quienes tengan tanto que hacer y organizar en su vida personal que sientan que la única manera de afrontar esas obligaciones es cogerse un día libre, argumentando que están enfermos.

Vacaciones anuales

Por último, las vacaciones son un activo vital para los empleados. En algunos casos, puede que se utilice la enfermedad para disfrutar de una jornada libre sin perder días de vacaciones. Por ejemplo, pedir una baja por enfermedad cuando el hijo está enfermo, sin tener que recurrir a los días de permiso del padre o la madre.

No nos engañemos. Todas estas prácticas son comunes. No diré que habituales, pero todos las hemos visto alguna vez. Y, sin duda, están detrás de muchas ausencias laborales injustificadas.

¿Qué  hacer para reducir las ausencias laborales injustificadas?

Está claro que, la responsabilidad inicial parte de la cultura corporativa. Y esto es algo en lo que recursos humanos tiene una posición privilegiada para influir. Por ejemplo, si una organización define una cultura de apoyo, flexibilidad y empatía hacia su plantilla, será más fácil que los empleados busquen ayuda o consejo dentro de la compañía si alguna vez tienen problemas. O si se encuentran en dificultades para hacer frente a las presiones del trabajo. O, si no saben cómo conciliar en un momento concreto.

Ten en cuenta que alguien preocupado por la salud de un familiar, o presionado por el estrés sin nadie con quién hablar o desahogarse, no tiene su mente puesta en el trabajo.

Si los responsables de la organización muestran comprensión y empatía, y ofrecen el apoyo suficiente, creo que será más fácil admitir que, en un momento dado, se puede necesitar ayuda. O que nos enfrentamos a una situación de emergencia. O a un momento de responsabilidad personal que requiere tiempo. Plantear abiertamente este tipo de situaciones hará que empleados y responsables busquen una forma de trabajar más flexible. Cambiar turnos con otros compañeros adaptar los horarios de entrada-salida, o, simplemente, ponerse al día.

También se trata de hacer que las empresas fomenten un enfoque más solidario de la gestión de personas. No es cuestión de amabilidad. O de hacer la vista gorda ante las ausencias ilegales. Ni mucho menos. Si la gente abusa del sistema y sigue pidiendo bajas injustificadas porque cree que puede salirse con la suya, hay que abordar la situación.

El trabajo y la vida personal están íntimamente relacionados. Y la gente, no siempre puede compartimentar las preocupaciones personales cuando llega el momento de ponerse a trabajar.

Ideas para evitar las ausencias laborales injustificadas

Quienes tienen una vida personal agitada pueden sentir que tienen que adaptar su vida al trabajo. El resultado: la sensación de no tener suficiente tiempo libre para gestionar la vida personal. O para cumplir sueños. Aquí es donde RRHH y managers pueden investigar si hay algo que puedan hacer para apoyar un equilibrio más sano. Ese equilibrio, sin duda, será bueno para ambas partes. Y, seguramente, surgirán ideas para poner en marcha o, al menos, para pensar sobre ellas. Ideas como tomarse un año sabático, o implementar la semana de cuatro días. Esto puede ayudar a reducir los niveles de ausencias laborales injustificadas.

Los managers y equipos de RRHH que consiguen que la gente admita que necesita apoyo tienen muchas más posibilidades de ganarse la confianza y el respeto de su gente. También de frenar comportamientos que no benefician a nadie.

 

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