Los principios de año, aunque sean tan “raros” como este, son un buen momento para que RR.HH. piense en cómo puede apoyar mejor al negocio y trabajar de una manera más eficaz en los próximos meses. El inicio de un año nuevo ofrece una muy buena oportunidad para establecer nuevas metas, revisar las prácticas laborales, mejorar la productividad individual y, en general, pensar en cómo se pueden elevar las cosas a un nivel superior.
No siempre se trata de hacer cambios grandes e innovadores. La mayoría de las organizaciones han hemo más cambios en 2020 que los que habían hecho en mucho tiempo atrás. Pero, con la esperanza puesta en que en 2021 podamos volver a la normalidad, quizá solo sea necesario implementar algunos pequeños ajustes en la forma en la que se trabaja y en la manera en la que se enfocan las cosas para seguir avanzando.
Para todos aquellos que buscan empezar de nuevo o cambiar un poco las cosas, aquí van algunas sugerencias:
1. No prometas lo que no puedas cumplir
Si prometes demasiado, te estás preparando para el fracaso. La mayoría de las personas de RR.HH. con las que me cruzo están increíblemente ocupadas, y la crisis del año pasado no ha hecho más que acentuar todo esto.
La junta directiva quiere las estadísticas más recientes sobre el número de empleados y la fidelización, los managers envían correos electrónicos sobre cuestiones disciplinarias y quejas, las políticas deben actualizarse, hay que hacer entrevistas en video, organizar las incorporaciones y gestionar las ausencias y bajas por enfermedad.
Todos piensan que RR.HH. tiene la varita mágica con la que resolver todos sus problemas. Tratar de llegar al final de la lista de cosas por hacer no es factible. Y tratar de ser todo para todas las personas, durante todo el tiempo, es imposible y lo único que conseguirás es generar un mayor nivel de estrés y agotamiento.
Da un paso atrás y piensa cuáles son tus prioridades, qué es realista y cómo puedes establecer límites y gestionar las expectativas que tienen otras personas sobre lo que puedes y debes hacer.
2. Gestiona tu tiempo de manera efectiva
¿Cómo estás gestionando realmente tu tiempo? ¿Tu día a día está cargado de interrupciones, distracciones y minucias que no te dejan ocuparte de las cuestiones verdaderamente importantes?
Hay algunas “trampas” en las que todos caemos …
Dejar que tu correo electrónico gobierne tu día es probablemente la más recurrente. Apaga las notificaciones en tu ordenador y en tu teléfono para que no tengas la tentación de dejar lo que estás haciendo cada vez que suene un mensaje nuevo en tu bandeja de entrada. Hay muy pocas personas que, de verdad, necesitan estar continuamente pendientes del mail y, a su vez, muy pocos correos que precisan de una respuesta inmediata. Intenta establecer al día un par de períodos para acceder y responder a tus correos. Y luego, ciérralo para que puedas concentrarte en las tareas y proyectos importantes que hay en tu lista de actividades.
La multitarea es otro mal hábito del que hay que escapar. Tratar de hacer muchas cosas a la vez confunde tu cerebro. La práctica sencilla de hacer solo una cosa cada vez puede marcar una enorme diferencia en tu productividad.
Otro tema importante, y, algo que, a mí, particularmente me funciona muy bien, es enfrentar primero esa tarea tediosa que tantas vueltas me da en la cabeza y que voy retrasando en favor de otras funciones, generalmente, menos importantes. Una vez que consigo quitarme de encima esa tarea, mi tiempo, mi energía y mi atención se liberan para hacer otras cosas más importantes. ¡Inténtalo!
3. Escucha más
Parece sencillo, pero no lo es tanto. Muchas veces nos enredamos con la acción del día a día y nos olvidamos de prestar la atención necesaria a otras cuestiones “secundarias” o a escuchar lo que dicen otras personas relevantes para el negocio.
A veces, es algo tan fácil como prestar toda tu atención a un manager o a un empleado en un momento concreto y escuchar lo que tienen que decir. Esto puede evitar que un problema menor derive en una crisis o que un pequeño desacuerdo se convierta, al final, en una disputa disfuncional. También podría ayudar a identificar una gran idea que podría impactar sobre la forma en la que se organiza el trabajo. O, quizá captar señales de agotamiento, insatisfacción o inquietud en alguno de los trabajadores más valiosos para la organización.
Escucha y trata de comprender incluso lo que “no se dice” e, incluso, la información que circula abiertamente por la organización y a la que no siempre estamos atentos. Esta capacidad para escuchar a la gente y participar en las conversaciones te ayudará obtener un mayor conocimiento y a comprender mejor a todos.
4. No te preocupes por las cosas pequeñas
Si aún no lo has hecho, haz de 2021 el año de la automatización. Un buen software de gestión de recursos humanos puede liberarte de las tareas administrativas esenciales que tanto tiempo te quitan, automatizando los procesos centrales.
Un software de recursos humanos te ayudará a optimizar la gestión de las vacaciones y las ausencias y bajas por enfermedad y puede aportar la coherencia y transparencia que necesitan los procesos de gestión del desempeño y aumentar la probabilidad de que las evaluaciones se hagan cuando se supone que tienen que hacerse.
Un software RRHH con funciones de autoservicio también proporciona a los empleados acceso a sus propios datos personales para que el área de recursos humanos no tenga que introducir los cambios más elementales como un cambio de dirección o de cuenta bancaria, por ejemplo.
Un software de recursos humanos también permitirá a los managers y jefes de equipo acceder fácilmente a la información sobre su equipo, para que puedan detectar brechas de habilidades, tener conversaciones sólidas con su gente -conversaciones apoyadas sobre datos actualizados-planificar la financiación de sus proyectos o gestionar de un modo más eficiente el flujo de trabajo.
La tecnología se volvió más importante que nunca el año pasado, ya que muchas personas empezaron a trabajar desde casa. En estos momentos, un software de recursos humanos en la nube es una solución rentable al alcance de empresas de cualquier tamaño. En comparación con los beneficios que proporciona en términos de tiempo y eficiencia, hablamos de una inversión mínima.
Cristina Del Amo
Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.