Cuando a alguien se le ocurre decir algo parecido a “estamos empezando a ver BROTES VERDES”, a mí personalmente, me entra la risa. Lamentablemente, una expresión que pretendía llamar al optimismo con respecto a la recuperación económica en un momento en el que la situación en nuestro país era crítica, se convirtió casi en un chiste para ridiculizar o ningunear a quien tuvo la osadía de pronunciar semejante frase, en semejante momento. Por eso, yo no hablaré de brotes verdes, ni de signos de recuperación, sino de hechos. El ejercicio se cierra, según la EPA (Encuesta de Población Activa), con un aumento de 433.000 ocupados, de los que 280.300 se concentran entre los de mayor edad. La tasa de paro, se mantiene, según la misma fuente, en un 23, 7%,
En estos datos, hay también que destacar que los empleos temporales, para bien o para mal, se recuperan y suponen ya, el 24,6% de todos los asalariados. El empleo a tiempo parcial, también crece hasta el 22,5% de los contratos registrados en la Seguridad Social.
Viendo las cifras, creo que el mercado laboral se está expandiendo y, que en este “río revuelto”, las Empresas de Trabajo Temporal, tienen mucho que decir. En sus inicios, este tipo de empresas fueron muy criticadas, hoy en día, tampoco son del gusto de todos. Sin embargo, con las tasas de desempleo que manejamos, determinados aspectos, han pasado a un segundo plano. También es verdad, que este tipo de empresas se han profesionalizado o, mejor dicho, se han especializado, logrando sobrevivir a la crisis, sólo las que realmente han demostrado aportar un efectivo valor añadido.
Vemos pues que las ETT han evolucionado su oferta, pasando de proporcionar trabajos poco cualificados -y remunerados en proporción- a posiciones que exigen de una mayor exigencia tanto desde el punto de vista académico como desde el punto de vista de la experiencia de los demandantes de empleo. Hoy las ETT gestionan miles de curriculum para cubrir cientos de posiciones abiertas. Y sus clientes esperan de ellos no sólo que encuentren “trabajadores”, sino que hallen talento, Una sutil diferencia. En esta peculiar búsqueda, la tecnología ofrece múltiples maneras de llegar a usuarios en situación de demanda de empleo. Las redes sociales suponen además, un extraordinario catalizador de las mismas. Son un escaparate, o mejor dicho, un altavoz para que las empresas puedan llegar a cubrir sus puestos vacantes. Las ETT que han sabido dotarse de las soluciones tecnológicas necesarias para aprovechar las ventajas que ofrecen, han sido las que hoy ocupan las primeras posiciones del ranking.
¿Cómo encontrar al mejor?
Pero encontrar “al mejor” es un reto en el que hay que hacer pasar a los candidatos por un buen número de filtros. Las ETT son grandes espectadoras del mercado laboral, tanto desde el punto de vista de la oferta como de la demanda: conocen las exigencias de sus clientes y saben cuáles son las de los demandantes de empleo; y no hablamos ya sólo de salarios, sino de conciliación familiar, horarios, etc.
Por ello, muchas ETT han apostado – como valor diferencial – por apoyarse en aplicaciones que les permiten encontrar a las personas que mejor se ajustan a las posiciones abiertas de sus clientes; con algoritmos que ayudan a discernir qué usuario puede ser el más idóneo para una empresa o para una determinada ubicación.
Hoy ya no resulta extraño que un usuario de una aldea de Galicia conecte con una oferta de empleo publicada por una ETT de un cliente que está a miles de kilómetros de distancia. Otras empresas, sin embargo, preferirán contratar talento “local”. Las ETT, al conocer de primera mano la realidad de las dos partes, intentan siempre casar oferta y demanda del modo más productivo para ambas. Y, eso, sin la ayuda de la tecnología, es sencillamente, imposible.
ETT: el gran departamento de RRHH
Las empresas de trabajo temporal se han convertido en los últimos años en gigantescos departamentos de Recursos Humanos que tienen que gestionar decenas de miles de curriculum vitae; y la tecnología con la que cuenten será primordial para desechar aquellos que no se ajusten a los requerimientos de los clientes, permitiendo efectuar tantas cribas como sean necesarias para dar con el diamante en bruto. Así, ya no es extraño ver cómo empresas punteras de diferentes sectores externalizan la gestión de búsqueda de talento a través de empresas de trabajo temporal, mucho más especializadas y capaces de dar mayores garantías para afinar en la diana del candidato perfecto. Vemos así cómo las ETT aportan al mercado laboral trabajadores, eximiendo a las empresas de los costes derivados de dicha actividad.
Volviendo al dato con el que abrimos este artículo, de los 433.000 nuevos ocupados sería interesante saber cuántos de ellos han podido acceder a su puesto de trabajo a través de una empresa de trabajo temporal. Que, por cierto, hay que empezar a desterrar la idea de asociar temporalidad con precariedad. Lejos quedan ya aquellos puestos de trabajo donde la gente entraba de joven y prácticamente se jubilaba. Las empresas hoy ya no quieren tener empleados indefinidos en sus filas. Como muestra, un botón: Amazon. El gigante del comercio online tiene una política de trabajo por la que prefiere pagar una cantidad a sus empleados –a modo de recompensa- para que se vayan de la compañía. No están haciendo más que un filtro, eliminando a aquellas personas que no se sienten felices o que quizás buscan allí sólo un trabajo temporal, a modo de “lanzadera”.
¿Busca tu empresa talento a través de las ETT?
Cristina Del Amo
Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.