Desde que empezamos a hablar de transformación digital, hace ya unos cuantos años, hemos coincidido, desde los sectores más dispares de la sociedad, en que para impulsar esa transformación hacía falta un cambio de cultura, una nueva forma de entender los negocios, la sociedad, la educación, las relaciones, …
Por activa y por pasiva se ha dicho que la tecnología que hace posible ese cambio ya está a disposición de prácticamente todos. La nube ha democratizado el acceso a soluciones desarrolladas con tecnología de ultimísima generación. Y, cada día, los fabricantes, vamos incorporando nuevas funcionalidades a nuestras soluciones, cada vez más versátiles, ágiles y potentes y, al tiempo, cada vez, más fáciles de utilizar.
Sin embargo, seguimos trabajando en la sombra para impulsar el cambio que realmente hará que la transformación digital sea, de verdad, un hecho. La actual crisis sanitaria que estamos viviendo, una situación a todas luces, extraordinaria, ha dejado al descubierto muchas de nuestras fortalezas. Pero, también, ha puesto de manifiesto la falta de esa cultura de la que hablo.
De hecho, son muchas las organizaciones que han sabido/podido reaccionar con prestancia a las indicaciones de operar en remoto. Sin embargo, otras aún teniendo la tecnología adecuada para hacerlo, todavía están librando esa batalla: sin planes de contingencia, sin estrategias de distribución y evaluación del trabajo, sin modelos para operar homeworking, etc.
Por eso digo que es un cambio de mentalidad, más que un cambio de tecnología. Esta se va abriendo camino poco a poco. Sus credenciales –más eficiencia, más velocidad, más seguridad, más agilidad, …- la avalan. De hecho, la tecnología está permeando poco a poco en todos los negocios. Pero hace falta, insisto, ese cambio cultural. Esa transformación mental que, de lugar a nuevas estrategias, nuevos modelos, nuevas dinámicas de gestión, de relación, de comunicación, …
Entonces, dicho esto, se me ocurren algunas reflexiones al respecto de la situación que estamos viviendo ante las restricciones impuestas para evitar la propagación de COVID19 y seguir con nuestras obligaciones profesionales, aunque sea, en remoto:
1. Es necesario tomar conciencia sobre lo importante que es centralizar y digitalizar, en especial, cuando se trata de hacer más eficiente la gestión de los recursos -todos, humanos, materiales y económicos-. Y, hablo de eficiencia, así, en general. Más aún, claro está, cuando nos encontramos en situaciones de emergencia como la actual.
En este sentido, la combinación de un potente análisis de la información disponible y la logística adecuada a la necesidad de gestión eficiente de los recursos brinda a las organizaciones la oportunidad de resolver necesidades específicas de un modo más rápido, seguro y eficiente. En una situación de crisis como la actual, con más razón porque está en juego la salud de todos.
2. Si algo me ha quedado claro estos últimos días es que muchas empresas -también las públicas- siguen gestionando sus recursos humanos conforme al modelo de las primeras empresas industriales del Siglo XIX en Occidente. Es decir, grandes aglomeraciones de personas en centros de trabajo ya sean industriales o de servicios, con horarios similares, siguiendo el modelo de concentración de mano de obra propio de otras épocas pasadas.
Insisto en lo que decía antes: aunque hoy, la tecnología pone al alcance de, prácticamente todas las empresas, la distribución óptima del trabajo a distancia, nos damos cuenta de que la dificultad está en el cambio de paradigma cuando tecnologías como Blockchain, Cloud Computing, Redes 5G, Inteligencia Artificial, Deep Learning, etc.) ya hace tiempo nos abrieron la posibilidad de operar en remoto. Pero claro, como las cosas siempre las hemos hecho así, y funcionan, ¿por qué las vamos a cambiar? COVID 19 ya ha respondido a esa pregunta por nosotros.
3. Quizá, podamos impulsar ese cambio de mentalidad mostrando, con cifras reales, el impacto sobre la productividad/rentabilidad de cada empleado, también sobre la competitividad corporativa o las cifras de negocio. Para eso, la tecnología también pone al alcance de todo tipo de organizaciones, las herramientas de análisis necesario para obtener y, poner en valor esos datos.
Las soluciones de gestión de recursos humanos más modernas incorporan funciones analíticas que permiten, primero obtener la información relevante y, segundo, analizarla y compararla. Hoy, el poder del cambio está en la información y en el conocimiento que podamos adquirir vía datos. Por eso, es tan importante contar con herramientas tecnológicas que faciliten, no solo la operativa, sino también, el análisis de los datos porque ese análisis será el empuje que necesitan muchas empresas para pisar el acelerador del cambio.
Con los datos en la mano, se podrá cuantificar el ahorro energético, la optimización de la explotación de los espacios de trabajo, la minimización del impacto ecológico. Cambiar la mentalidad en cuanto a la definición de nuevos modelos laborales evitará grandes concentraciones en polígonos industriales o zonas empresariales, limitando esa forma de operar a aquellos empleos y/o funciones concretas en los que sea estrictamente necesaria la presencia.
Para eso, también contamos con soluciones tecnológicas que facilitan el Registro de la Jornada Laboral y optimizan la gestión de horarios. Y, hacen posible una gestión más racional combinando las necesidades de los profesionales que necesitan fomentar aspectos de socialización inherentes al desarrollo de algunas de sus tareas, con las de aquellos que pueden desempeñar otras funciones más técnicas o administrativas y no precisan de una ubicación concreta.
4. Otra cosa importante es el respaldo administrativo para fomentar y facilitar el tele-trabajo con medidas como la reducción de cargas impositivas o los incentivos para la adquisición de equipamiento tecnológico, etc. Si, de verdad se implementase esta forma de organizar el trabajo, cambiaría, incluso, el aspecto de las ciudades: menos atascos en hora punto, más opciones para equilibrar la vida personal y laboral, menos contaminación, etc. Y, si, en algún otro momento, de alarma social, nos vemos obligados, como ahora a recluirnos en casa para combatir una pandemia como esta, todos estaremos más preparados y, sobre todo, más concienciados.
Desde Cezanne HR llevamos mucho tiempo poniendo en práctica esta filosofía en nuestra forma de organizar y desarrollar el trabajo. Si no lo hiciésemos así no seríamos coherentes. Pero, creemos que se puede, y que se debe, impulsar ese cambio de paradigma. A nosotros, como empresa, nos ha ayudado a crecer. También a destinar más recursos -los que ahorramos en grandes oficinas y continuos desplazamientos- a investigar y desarrollar nuevas funcionalidades que proporcionen más cobertura, pero, también más solvencia y seguridad, a nuestras soluciones.
Cezanne HR está siempre disponible para ayudar a las empresas de todo el mundo a dar el salto, proporcionando soluciones, pero también, el conocimiento acumulado durante años, en el entorno de la gestión de los recursos humanos. Hoy, ante la situación que plantea COVID 19 y todas las medidas restrictivas implementadas por el gobierno para atajar la crisis, debemos ser conscientes y consecuentes con estos nuevos modelos de gestión, de relación, de comunicación y de trabajo de los que hablamos.
Autor: Julio A. Falces Delgado. Partner Consultor-Comercial en Cezanne HR España