En un futuro, más próximo que lejano, en el que se avista que la Inteligencia Artificial cambiará la forma de trabajo que conocemos, las empresas están dando por hecho que las habilidades sociales se convertirán en una competencia cada vez más importante y diferencial para sus equipos.
Los “robots” tendrán -ya tienen- una amplia capacidad para procesar datos y automatizar prácticamente cualquier proceso corporativo. Pero, cuando se trata de establecer relaciones, de fomentar la colaboración o de manejar conversaciones difíciles, el toque humano sigue siendo más que necesario. Por lo tanto, es importante recalcar la importancia de dotar a los equipos de esa fuente de inteligencia social y emocional que tanta falta hace y hará en el futuro. Esta capacitación debe convertirse en una prioridad para todos los miembros de la organización, incluidos managers, directivos y gerentes.
En este sentido, ya hemos empezado a ver cómo las organizaciones han empezado a enfatizar en la importancia que tienen estas habilidades sociales, reflejándolo en la adaptación de sus programas de formación y desarrollo, centrados muchos de ellos hasta ahora, en proporcionar solo habilidades técnicas o especializadas.
Entonces, como profesional del área de recursos humanos, ¿cómo puedes asegurarte de que estás invirtiendo tu presupuesto de formación de manera inteligente para que refleje los cambios que está experimentando el mercado laboral?
Evalúa lo que necesitas
Párate un momento a pensar si la compañía está formando a las personas adecuadas para los trabajos adecuados en el momento adecuado. No es raro encontrarnos con que el calendario de formación corporativa se repite continuamente año tras año con la excusa de que los cursos son muy valorados por la gente o el pretexto de que “siempre ha sido así”.
Pero, si el mercado en el que opera tu organización está cambiando, o si de manera periódica planeas evoluciones o transformación en la manera en la que la compañía desarrolla sus productos o presta sus servicios, está claro que los planes de formación también deben transformarse para adaptarse al cambio, incluso, para impulsar ese cambio.
Por supuesto, está claro que se deberá seguir capacitando a las personas para el trabajo que realizan en este momento, pero estar siempre un paso por delante de la competencia implica mirar al futuro. Por lo tanto, es importante garantizar que RRHH tiene siempre un asiento reservado en la mesa cuando se toman decisiones estratégicas importantes, asegurando que las personas que forman parte de la compañía tienen las habilidades adecuadas para contribuir al crecimiento futuro de la compañía.
Aprovechar la innovación
Gracias a los avances en el campo de la Neurociencia, ahora sabemos mucho más sobre cómo aprenden las personas y sobre cómo retienen el conocimiento. Al mismo tiempo la evolución tecnológica ha proporcionado nuevos modelos formativos, virtuales y en tiempo real.
Algunas investigaciones recientes, han demostrado, por ejemplo, que, para maximizar el aprendizaje de las habilidades de liderazgo, las personas deben estar bajo presión, sentir el desafío e, incluso, el estrés -siempre, eso sí, en un entorno que sea favorable y que no las sobrecargue de una tensión insostenible-. Este tipo de aprendizaje experiencial tan estresante desarrolla el músculo de la memoria y lo prepara para manejar situaciones relacionales difíciles o momentos de crisis cuando se presenten. Esta misma investigación ha desmontado el mito de que las habilidades sociales solo se pueden entrenar cara a cara. Ahora sabemos que, si las actividades de desarrollo están bien diseñadas, pueden ser igualmente efectivas incluso en un entorno virtual.
Estar al día sobre las últimas teorías, herramientas y técnicas te ayudará a garantizar que proporcionas una capacitación conforme a los requerimientos y recursos de la marca, también que es, de verdad, efectiva tanto para las personas como para los negocios. Pero recuerda: solo porque la gamificación o la realidad virtual estén disponibles o a tu alcance, no significa que sean necesariamente útiles para tu organización.
Dar prioridad a la construcción de la auto-conciencia
Una buena conciencia sobre sí mismo es la base sobre la cual se construyen las habilidades sociales. Si las personas tienen que desarrollar habilidades de comunicación o relacionales, primero deben desarrollar un profundo conocimiento de su trabajo personal, de su estilo comunicativo y del impacto que tienen sobre los demás. La retroalimentación o el feedback de sus compañeros, de sus managers o, incluso, de sus clientes, es la mejor manera de ayudar a la gente a desarrollar su propia autoconciencia, incluso cuando la idea de dar o recibir feedback pudiera generar incomodidad. Por lo tanto, para que este “ejercicio” sea verdaderamente efectivo, deberá colocarse dentro de una cultura corporativa en la que la retroalimentación regular sea algo normal y habitual.
Invertir en coaching y mentoring
Hay muchos cursos disponibles para ayudar a las personas a desarrollar su inteligencia emocional, afinar el sentido común o desarrollar habilidades de negociación y colaboración. Esta puede ser una manera efectiva de ayudar a la gente a perfeccionar sus habilidades sociales, aunque es difícil decidirse con una oferta de productos tan amplia y tan variada tanto en calidad, como en profundidad o efectividad.
Sin embargo, afortunadamente este tipo de formación tan “convencional” no es la única manera en la que las personas pueden desarrollar o adquirir nuevas habilidades a nivel individual. El coaching, ya sea interno o externo, puede desempeñar un papel fundamental a la hora de colocar a las personas en situaciones reales para impulsar el aprendizaje y discutir sobre los problemas habituales que puede encontrarse en su entorno cotidiano y que son difíciles de reproducir en un entorno más seguro como el de un aula, aunque sea virtual. En este sentido el coaching y los programas de mentoring, menos formales pueden aportar grandes beneficios para el crecimiento de los empleados.
Las habilidades duras aún no están muertas
Aunque la necesidad de determinadas habilidades técnicas y especializadas tradicionales está empezando a desaparecer, lo cierto es que llegan otras nuevas que vienen a ocupar su lugar y que muchas organizaciones siguen todavía ignorando, con el consiguiente riesgo que ello supone. Un ejemplo sencillo: si imaginamos un futuro laboral dominado por la Inteligencia Artificial, está claro que necesitaremos muchas personas que sepan programar, trabajar con Big Data o administrar el interfaz entre las personas y las máquinas.
No todos los líderes y managers del futuro deben tener este conocimiento específico, pero sí, al menos, deben ser capaces de entender lo básico o saber de qué hablan cuando se refieren a Bitcoin o a Blockchain, para poder aprovechar todas las oportunidades que representan esas innovaciones para la organización. Si las empresas no tienen personas que entiendan el potencial que ofrecen las nuevas tecnologías emergentes no podrán explotarlas y acabarán siendo superados por otros competidores tecnológicamente más especializados.
Cristina Del Amo
Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.