Aperitivos o fruta fresca en la oficina, una sala de relax donde desconectar de vez en cuando o descuentos para ir al gimnasio son iniciativas que reconocen el esfuerzo de las organizaciones por empatizar con sus empleados pero que, en ningún caso, mejoran en sí mismas el bienestar de los trabajadores. Las empresas deberían realizar todos los años una auditoría de bienestar para tener claro qué es lo que está causando el estrés entre sus filas e implementar las medidas necesarias, primero para abordarlo y, segundo, para prevenirlo.

Como gestionar el talento

Los problemas de estrés laboral han aumentado significativamente en los últimos años, debido, en gran parte, al modo en el que entendemos, empleados y empleadores, el entorno de trabajo. Hoy, nos enfrentamos a una cultura laboral en la que apremian los tiempos, la presión siempre es alta y las horas de trabajo interminables. Según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, el estrés laboral es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente en Europa. De hecho, entre el 50% y el 60% de los días que se pierden se atribuyen a esta causa. Un estrés que se genera, principalmente, por cuestiones relacionadas con la reorganización, inestabilidad y/o precariedad del trabajo, la excesiva carga de funciones, falta de apoyo o, simplemente, por la incapacidad para “desconectar” en el tiempo libre.

En España, concretamente, la situación es aún más grave, ya que nuestro país es el que presenta las cifras más altas en lo que a estrés laboral se refiere, con unos niveles cercanos al 60% de los trabajadores que afirman padecerlo, casi 10 puntos más que la media europea. Una situación esta, muy relacionada con la inestabilidad de un mercado laboral que no permite a muchos trabajadores abordar su profesión con serenidad.

El miedo a perder el trabajo lleva a las personas a practicar comportamientos poco saludables como ir a trabajar incluso cuando están enfermos, por temor a que la ausencia sea vista como una falta de compromiso, aumentando el riesgo de no ser tenido en cuenta en los planes de desarrollo o, peor aún, ser candidato a la baja definitiva.

Por otra parte, una gestión de liderazgo mal entendida también está directamente relacionada con estos números alarmantes. De hecho, los managers que carecen de habilidades sociales o capacidad para organizar el trabajo y gestionar de manera eficiente a sus equipos, tienen también un impacto importante sobre la motivación, compromiso y bienestar de los empleados. Estos managers que, generalmente, son reconocidos por sus habilidades y conocimientos técnicos y no tanto, por sus habilidades sociales, deberían tener en cuenta el coste -en términos económicos, pero también de prestigio y reputación- que tiene para las organizaciones el tema del estrés laboral.

De hecho, se ha demostrado que existe una relación estrecha entre el bienestar de los empleados y la retención del talento ya que, cada vez más, las personas priorizan estas cuestiones frente a otras. Y, desde luego, no creo que sea necesario explica la importancia que tiene contar con colaboradores capacitados y destacados que no abandonen el barco en favor de otro más “sereno”.

Entonces, ¿qué crees que puede hacer una empresa para abordar con éxito el estrés laboral? Desde luego, utilizar una herramienta confiable de diagnóstico para medir y rastrear lo que realmente está pasando, es el punto de partida. Y, a partir de ahí, disponiendo de los datos necesarios, información de calidad y solvente, la organización podrá identificar los puntos débiles y diseñar intervenciones a medida en tres niveles clave:

Primario

Abordar las causas profundas del estrés a través de programas de desarrollo gerencial que permitan dotar mejor a los líderes de las habilidades necesarias para el desempeño de sus roles, prestando especial atención a la manera en la que la empresa podrá ayudar a sus empleados a planificar mejor su fuerza laboral y, sobre todo, a reducir el estrés encontrando un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal de cada empleado.

Secundario

Una vez que las personas han recibido la formación adecuada, necesitarán tener a su disposición las herramientas oportunas para poder reducir o sobrellevar el estrés laboral: iniciativas como la capacitación en resiliencia, cursos que enseñen a manejar la ansiedad, análisis regulares sobre los resultados de las iniciativas que se han puesto en marcha, o inversiones en desarrollo personal e iniciativas de estilo de vida saludable, podrían ser algunos ejemplos a tener en cuenta.

Terciario

Es importante aprender a reconocer los signos de estrés incluso antes de que surjan los problemas e intervenir en el brote para mejorar la situación, a través de Programas de Ayuda al Empleado.  Entrena y practica la observación y crea un ambiente abierto donde todos se sientan libres de expresar su incomodidad sin temor a ser juzgados.

Puede parecer una inversión importante, pero los rendimientos positivos lo serán aún más. Las grandes organizaciones ya lo han entendido. De hecho, en ellas, las cuestiones relacionadas con el bienestar laboral ocupan un lugar destacado en la agenda de los directivos y, se considera cada vez más un “must have” que un “nice to have”. Son las pymes las que más preocupan en este sentido, ya que aún les queda un importante camino por recorrer. En este tipo de organizaciones es habitual encontrarnos con que quienes deben encargarse del desarrollo del personal están demasiado ocupados gestionando aspectos administrativos relacionados con las personas y les resulta difícil encontrar tiempo para centrarse en otros aspectos. En cambio, es importante comprender que lo que -a priori- podría parecer una inversión de tiempo y recursos, casi “a fondo perdido”, lo cierto es que a largo plazo resultará ser una elección ganadora para la competitividad del negocio.

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Cristina Del Amo

Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.