Con casi 6 millones de parados en España, y unas perspectivas de creación de empleo a corto plazo, más bien, austeras, jóvenes y seniors buscan desempeñar sus carreras profesionales en un entorno en el que la retribución económica, aún siendo importante, ha dejado de ser estratégica. Lo que se ingresa en términos monetarios, por el trabajo que se desempeña, ha pasado a un segundo plano, otorgando más peso específico a otras cuestiones más emocionales que racionales.

Una definición clara de la política que seguirá la compañía, la comunicación fluida y efectiva a todos los niveles de la misma, que permita el entendimiento incluso de sus “puntos calientes”, una vinculación corporativa pero también personal con el proyecto de la empresa y generación de confianza entre todos los miembros del equipo, desde la dirección hasta el empleado de rango más bajo, son los mimbres sobre los que debe construirse esa retribución emocional.

Pero esta forma de remuneración, que tiende a extenderse cada vez más, exige por parte de las compañías un “apego” especial también con el empleado. Es decir, si a éste se le reclama compromiso, confianza y empatía con el proyecto empresarial,  la organización debe responder en los mismos términos y medidas, poniendo a disposición de sus trabajadores, todo cuanto sea posible para mejorar, no sólo sus condiciones de trabajo, sino sus niveles de capacitación, sus perspectivas de futuro, de crecimiento y promoción laboral, su evaluación del desempeño, etc.

 Alinear los objetivos individuales con los planes corporativos

En los tiempos que corren, se tiende a pedir mucho y a dar poco. Entendiendo esta frase en un sentido más coloquial que literal, lo cierto es que las empresas, particularmente las pequeñas y medianas organizaciones, han puesto en práctica una contención presupuestaria  que limita, y mucho, cualquier inversión tecnológica. Sin embargo, para conseguir que empresa y trabajadores apunten hacia los mismos objetivos corporativos, con empatía y entusiasmo, aun cuando los sueldos aportados por unos y recibidos por otros, no sean los más altos del mercado, es necesario gestionar con eficiencia todos los elementos que afectan directa o indirectamente al trabajo realizado. Y esto, sólo es posible con el apoyo de soluciones tecnológicamente avanzadas y evolucionadas y que permitan, no sólo gestionar, sino formar, evaluar, medir y retribuir.

Por lo tanto, entendiendo las reticencias de las Pymes a todo lo que implique desembolso económico, por mucho que éste deba justificarse como una inversión, las mejores alternativas en estos casos, pasan por soluciones de gestión de recursos humanos online que, entendidas como servicios, garantizan las funcionalidades necesarias a un precio muy competitivo.

Filosofía de tecnología Low Cost que sin estar reñida con la calidad, la seguridad y la funcionalidad, contribuye a que empresas y empleados participen de una gestión de recursos humanos que debe ser abierta, transparente y flexible y que debe buscar siempre nuevas fórmulas de retribución que impulse la mejora continua de unos y otros.

 

 

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Cristina Del Amo

Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.