El nuevo enfoque laboral que ha impulsado el COVID-19 con la generalización del teletrabajo es una oportunidad increíble para que las empresas piensen en una implementación de este modelo de trabajo duradero a largo plazo. Gartner publica, por ejemplo, que el 74% de los directores financieros “trasladarán al menos el 5% de su fuerza laboral a una ubicación remota tras el COVID-19”.

Hay que señalar que el teletrabajo tiene muchas ventajas que algunas organizaciones no habían experimentado hasta hace algunas semanas: menos costes, mayor productividad, más compromiso, mejor equilibrio entre la vida profesional y la privada, salud mental más estable entre los equipos de trabajo, etc. Las empresas harán bien, por tanto, en pensar de qué manera pueden hacer extensibles todas estas ventajas a largo plazo.

Esta situación invita a recursos humanos y, también a los diferentes empleadores, a hacerse varias preguntas: ¿debería ser el trabajo a distancia la nueva norma? ¿las compañías que trabajan generalmente en sus ubicaciones corporativas están preparadas para impulsar un cambio duradero? Está claro que las organizaciones no deben conformarse con la implementación de soluciones a corto plazo ya que la necesidad de avanzar hacia el teletrabajo, incluso, a largo plazo, se vuelve cada vez más evidente.

woman working on laptop at home

Las ventajas del trabajo remoto.

El trabajo remoto gestionado de manera efectiva puede ser una gran ventaja para las organizaciones:

  • Menores costes de gestión y operación a largo plazo, gracias a la reducción del espacio de oficinas. Si bien la necesidad de la oficina y las reuniones cara a cara nunca se eliminarán, las organizaciones pueden considerar una modificación en la forma en la que se utiliza el espacio y la frecuencia de uso. Esto puede tener un impacto positivo en gastos tales como alquiler, servicios públicos, viajes de negocios y costes ambientales.
  • Mejora de la agilidad organizativa ya que los empleados se adaptan fácilmente al trabajo flexible. Con una fuerza de trabajo remota que trabaja en diferentes momentos, es más fácil mantener un mayor contacto con los clientes y ofrecer más horas de servicio.
  • Confianza y compromiso con la cultura corporativa. Los empleadores muestran su gran confianza en la fuerza laboral que demuestra que también consiguen alcanzar sus objetivos teletrabajando desde casa. Hacer frente a los tiempos difíciles también ofrece a las personas de más edad, la oportunidad de ser más transparentes y comunicarse de manera efectiva con los empleados y todas las partes interesadas, cerrando la brecha entre la dirección y los empleados.
  • Alfabetización digital. Los empleados aprenden a utilizar mejor las nuevas tecnologías necesarias en este período excepcional para mantener una comunicación y colaboración efectivas.

El desarrollo del teletrabajo presenta muchas oportunidades para las empresas. De hecho, es la razón por la que este modelo laboral ha ido aumentando continuamente durante la última década, aunque, bien es cierto, que no lo ha hecho al ritmo deseado. Ahora, las organizaciones deben pensar por qué deben implementar el trabajo a distancia más allá de las exigencias de la crisis actual, con un marco operacional que permita abordar con garantías en el futuro eventos igualmente disruptivos y perturbadores como los que estamos viviendo en estos momentos.

Los desafíos de gestionar el teletrabajo

A pesar de las oportunidades de teletrabajo, muchas organizaciones no están preparadas aún para extenderlo a toda su fuerza laboral. Como resultado, la implementación de una política de trabajo inteligente a largo plazo conlleva varios desafíos.

¿Cómo se puede conseguir rápido?

Según datos del INE, la crisis del coronavirus ha acelerado la implantación del teletrabajo. En abril de 2020 alrededor de un 8,3% de los ocupados en España realizan teletrabajo, ya sea de forma ocasional o más de la mitad de los días que en los que trabajaron. Es decir 0,4 puntos más que el último dato registrado (último trimestre de 2019) y más de 3 puntos respecto a 2006, cuando solo el 5,2% de los trabajadores realizaban estas prácticas.

La seguridad y la velocidad con las que una fuerza laboral que comienza a teletrabajar es capaz de comprender y optimizar el uso de herramientas y tecnologías es muy variable. Los colaboradores deben estar bien informados y capacitados sobre las políticas corporativas previstas y las herramientas y uso que tienen disponibles.

Las empresas deben comprender que se necesita una transformación significativa de la cultura corporativa, de arriba a abajo, para ver una pronta adopción del trabajo remoto por parte de todo el equipo.

¿Qué problemas de seguridad plantea?

Un desafío importante para muchas empresas, en la implementación apresurada del teletrabajo, ha sido la transición drástica a la adopción de nuevas tecnologías. De hecho, en muchas organizaciones la realidad es que no había infraestructura tecnológica adecuada que permitiera a sus empleados trabajar de forma productiva y segura desde su hogar. El enfoque de la tecnología necesariamente debe cambiar.

Las empresas deben considerar las implicaciones de seguridad del teletrabajo, sin subestimar ningún aspecto. Ya hablamos de ello en “La seguridad en el centro: ¿qué hacer para mantener seguros los datos de recursos humanos?

¿Cómo podemos mantener el equilibrio entre la vida profesional y privada?

Trabajar desde casa significa que la frontera entre la vida profesional y privada se vuelve cada vez más confusa y representa una amenaza significativa para la salud mental y, en consecuencia, para la productividad. Las empresas deben tomarse el tiempo necesario para encontrar las mejores estrategias de apoyo que permitan que los empleados aprendan a mantener el equilibrio entre lo personal y lo profesional.

¿Qué deben hacer las empresas para implementar cambios duraderos?

Como muchas organizaciones se están dando cuenta, la integración del teletrabajo en su cultura corporativa implica una transición mucho más amplia y profunda que las soluciones improvisadas y cortoplacistas que se necesitaban para gestionar el período de emergencia relacionado con el COVID-19. Se necesitan inversiones significativas para transformar la cultura corporativa de arriba a abajo. No es fácil, pero hay tres cosas en las que los empleadores deberían centrarse:

Comunicación

La comunicación es esencial. El liderazgo debe ser claro sobre los objetivos de trabajo a distancia y lo que se quiere lograr con estos cambios. Esto significa mantener un contacto frecuente con los equipos, proporcionar comentarios regulares y estar listo para responder cualquier pregunta que surja.

Información basada en datos

Los recursos humanos pueden ayudar a comprender los sentimientos de los empleados sobre el cambio al trabajo remoto. Utilizar un software de gestión de recursos humanos como Cezanne HR es permite recopilar datos a través de encuestas y conversaciones individuales con miembros del equipo, lo que proporcionará una buena idea sobre cómo están respondiendo los empleados a la nueva forma de trabajo. En este sentido, recursos humanos puede colaborar con la empresa diseñando pautas claras para impulsar el teletrabajo.

Agilidad futura

Sin duda, invertir ahora en el teletrabajo tendrá un impacto de gran alcance sobre la forma en la que trabajaremos después del COVID-19. También nos proporcionará modelos de trabajo mucho más flexibles que podremos utilizar para enfrentar cualquier otro evento disruptivo que pueda surgir en el futuro. El trabajo a distancia de una forma u otra, ha llegado para quedarse, por lo que no es suficiente conformarse con soluciones a corto plazo que solo satisfagan las necesidades concretas de la crisis actual.

 

Cristina Del Amo author image

Cristina Del Amo

Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.