Gestionar el conocimiento debe ser algo más que una estrategia incluida en la teoría de una buena política de gestión del personal. Digo esto, porque en ocasiones, las empresas se dejan seducir por una terminología que a veces, y sólo a veces, encierra poco contenido realmente llevable a la práctica.

Ya sea por el tipo de empresa, su dimensionamiento, la actividad que desarrolle o por una falta de visión estratégica de quienes la dirigen y/o administran, lo cierto es en ocasiones resulta más difícil de lo que cabría esperar convencer con un buen proyecto para la gestión eficiente de las personas. Entendiendo por gestión eficiente aquella que permite maximizar el rendimiento de los empleados, implementando planes de formación y desarrollo realmente acordes con las necesidades individuales, grupales y corporativas, diseñando y llevando a la práctica planes ad-hoc de evaluación y control del rendimiento, estableciendo sistemas que impulsen realmente la conciliación o impulsando canales de comunicación que faciliten el intercambio de información y el trabajo colaborativo.

Afortunadamente las empresas españolas han apostado positivamente por las personas y en su camino por adaptarse a sus nuevos requerimientos han establecido nuevas reglas de juego que emponderan a los individuos frente a las instituciones. Pero para aquellas organizaciones que aún, tienen que buscar buenos argumentos para convencer a quienes tienen el poder de decidir, una buena razón que pueden argumentar es que estos sistemas aportan una visión estratégica del negocio y una perspectiva de 360º del mismo. Disponer de un software de gestión de personal permite al departamento de recursos humanos maximizar el desempeño de la plantilla e implantar diferentes estrategias orientas al desarrollo y fidelización del talento. Estos aplicativos aportan además una visión de 360º de la organización y de sus necesidades.

Pero implantar un software de gestión de personal no es una decisión exenta de complicaciones, ya que el uso de un aplicativo de este tipo, condiciona o, mejor dicho, obliga a redefinir la metodología y los procesos. Dicho de otra forma, impulsará una reingeniería de procesos encaminada a mejorar el modo en el que individuos y equipos realizan sus tareas por lo que el proyecto debe convencer también a quienes verán modificada su forma de hacer porque de lo contrario, su resistencia al cambio puede dar al traste con el proyecto por muy bueno que éste sea.

Entonces. Ahora que todos parecen tener claro que implementar un software de gestión de personal es una idea brillante para mejorar el rendimiento de la plantilla y, con ello, la productividad de la organización, toca decidir sobre la cantidad de opciones que –afortunadamente –ofrece el mercado.

Para optar por un sistema u otro, lo primero que hay que tener en cuenta es que, en realidad hay que tomar dos decisiones: una relacionada con el aplicativo en cuestión y, otra, con el proveedor que la comercializa, distribuye o implanta. Ambos –aplicativo y proveedor- deben estar en sintonía con la filosofía de la empresa. Una vez dicho esto, hay que fijarse, preferiblemente en un software de gestión de personal modular que permita además de su implantación de forma progresiva, la utilización de  aquellos módulos que realmente se necesitan. Dicho esto, una herramienta óptima tiene que garantizar algunas cuestiones básicas como la gestión de los procesos de selección de manera sencilla, la planificación de la formación, la gestión eficiente de las plantillas, aportando información consolidada sobre las personas que la conforman, la evaluación del desempeño o el análisis de los puestos. Si además se trata de un aplicativo alojado en la Nube y que permite pagar sólo por aquello que realmente se utiliza, el dilema se difumina y la pregunta ya no será si se puede o se debe implementar un software de gestión de personal sino, cuándo podemos empezar.

¿Utilizas un software de gestión de personal en tu organización? ¿Estás buscando proveedor? ¿Tienes un aplicativo amigable o te peleas a diario con él?

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Cristina Del Amo

Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.