Probablemente todos hayamos utilizado alguna excusa en alguna etapa de nuestras vidas para no ir a trabajar un lunes: nos deprime el día lluvioso que amaneció, la mañana gris nos quita la energía, una mala noche, un pequeño resfriado, o simplemente la vuelta a la realidad después de regresar el domingo de un agradable fin de semana o lo que es peor, el primer lunes tras las vacaciones de verano…
Desde luego que hay días en los que es mejor quedarse en casa, bien para evitar un empeoramiento de esa pequeña gripe o bien para no contagiar a toda la oficina, pero hay otras veces en las que la idea misma de levantarnos de la cama para ir a la oficina, simplemente, nos destruye, sin saber muy bien porqué. Los lunes tienen algo que no sabría identificar, pero que en ocasiones, provoca serios impedimentos para ir al trabajo. De hecho, Cliff Arnal, investigador de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), en 2005, llegó a acuñar el término Blue Monday para referirse al lunes más triste del año, que dató en el tercero del mes de enero. Un lunes en el que, según decía, aumentan significativamente las ausencias por enfermedad.
Sea lo que sea, es un hecho que preocupa y mucho a las empresas que han puesto en marcha diferentes iniciativas para reducir esta apatía de los lunes pero sobre todo, para paliar el efecto negativo que puede provocar el desánimo de los trabajadores desmotivados y apáticos en la productividad y el comportamiento del resto del equipo.
Vayamos por partes:
Motivación de los empleados
¿Se suele medir el grado de satisfacción interno en tu organización? ¿CEO y managers están presentes y disponibles?¿Invierte tu empresa en el bienestar del equipo? Las personas no se conforman únicamente con un buen sueldo. Cada vez más, se buscan otros aditivos que complementen el tema salarial: posibilidad de crecimiento y desarrollo profesional, planes de jubilación, algún tipo de incentivo o beneficio social,… son solo algunos aspectos que suelen tenerse en cuenta en la elección de un trabajo. Por decirlo de un modo sencillo: si un empleado no se siente suficientemente respaldado y motivado en su trabajo, es muy probable que inicie una búsqueda activa de un nuevo empleo que le lleve a probar suerte fuera de la empresa, obligando a la organización a buscar y formar un sustituto para reemplazarlo.
Existen pequeñas iniciativas, sencillos gestos, que pueden mejorar la moral y la motivación del equipo:
Beneficio
Si existe un dress code en la oficina, demasiado rígido, quizá se podría relajar algún día. El Casual Friday, por ejemplo, es una práctica ya bastante extendida. Los cursos de formación gratuitos o subvencionados son también incentivos bastante motivadores. Y, si apelamos al tiempo libre, un buen ejemplo podría ser el de regalar entradas para el cine o el teatro una vez a la semana o realizar sorteos mensuales de un fin de semana.
Cultura corporativa
Es posible que muchos empleados solo hayan tenido contacto con el CEO a través de comunicaciones oficiales y, por tanto, muy poco personalizadas. Para muchas personas es importante sentirse algo más que un número o una pieza más del engranaje empresarial: crear ambientes de trabajo colaborativos a todos los niveles, fomentar el feedback de manera regular y constante o gestionar, dejando libertad para que todos puedan expresarse con libertad, son algunas prácticas que pueden tener efectos muy positivos en toda la plantilla.
Reconocimiento
Quizá no todo el mundo necesite que le sean reconocidos públicamente sus resultados, pero estoy convencida de que pasar por alto los logros obtenidos es un grave error. Cada manager deberá conocer y saber entender las necesidades de cada miembro de su equipo, en este sentido, para poder reconocer y premiar de la mejor manera posible su compromiso y sus logros. Algunas personas agradecerán el reconocimiento público a través del Portal Social Corporativo mientras que otras puede que se sientan más cómodas recibiendo un simple, “gracias”, de su superior. No debemos olvidarnos tampoco, de reconocer el valor del trabajo que se realiza durante los períodos en los que existe una mayor carga porque seguramente, durante esa etapa, todo el equipo habrá tenido que hacer un esfuerzo extra y les gustará ver reconocidos sus esfuerzos adicionales.
Espacio de trabajo
Cada organización tiene sus posibilidades –geográficas, económicas, etc.- para diseñar y definir su lugar de trabajo y no todas podrán permitirse espacios o diseños innovadores. Pero es cierto que todos podemos hacer pequeños cambios en nuestros despachos o áreas de trabajo para evitar que sean lugares tristes y oscuros. Se pueden diseñar zonas de trabajo mucho más flexibles para mantener reuniones informales o espacios creativos en los que será más fácil que surja la inspiración. Por lo tanto, la organización podría dejar libertad a los empleados para que cada uno diseñe y defina -en la medida de lo posible- su propio espacio de trabajo, que pueda personalizar su escritorio… Cualquier detalle, puede hacerle sentir como en casa.
Salud emocional
Es fácil achacar el estado de ánimo sombrío, a los trastornos emocionales que provocan las estaciones climatológicas (astenia primaveral, depresión en invierno, etc.), pero no cabe duda de que este estado puede ser también un síntoma de que el entorno de trabajo o el propio ambiente, es incómodo. Si hay colaboradores que solicitan bajas por enfermedad demasiado a menudo y sospecha que puede encontrarse en una situación como esta, es mejor actuar cuanto antes. La relación de los superiores directos con su equipo es fundamental para elegir el mejor momento. Por supuesto, cualquier ayuda, en forma de entrenamiento o formación para encarar estas situaciones son muy recomendables.
Asesoramiento financiero
Hay épocas del año en las que perdemos el control sobre nuestras finanzas. En Navidad o en las vacaciones de verano es importante no perder el norte. Ofrecer un servicio de asesoría financiera podría ayudar a quienes quieran aprender a gestionar mejor sus finanzas.
Salud y bienestar
Apuntarnos al gimnasio, es una promesa que todos nos hacemos, al menos una vez al año, pero demasiadas veces nos cuesta tomar la iniciativa o no nos apetece ir solos. Sin embargo, hay que recordar que la falta de ejercicio combinado con una dieta poco equilibrada, tiene un impacto negativo en los niveles de energía durante todo el día. Las empresas no pueden hacerse cargo íntegramente de la salud de todos sus empleados pero sí que pueden aplicar algunas prácticas que permitan mejorar en estos aspectos. Por ejemplo, la distribución de fruta fresca en lugar de aperitivos envasados o propuestas de menús más saludables en el comedor: Si hubiera un gimnasio cerca, se podría alcanzar un acuerdo para que los empleados pudieran acudir juntos. O quizá, otra buena opción sería la de organizar una reunión en la empresa con un nutricionista que facilitara sugerencias para mejorar la alimentación de todos los miembros del equipo.
Horario flexible
¿En los días en los que no hay reuniones importantes, es realmente importante estar todo el tiempo en la oficina? Cada mañana, despertarse, vestirse –generalmente con ropa formal y no demasiado cómoda-, enfrentarse al tráfico y la llegada a la oficina ya, de mal humor, sabiendo que la vuelta a casa no será mucho mejor. ¿Por qué no ofrecer la posibilidad de trabajar desde casa? Medir la consecución de los objetivos y no el tiempo que se pasa en la oficina mostrará la confianza que la empresa tiene en sus empleados. Muchas personas, dicen que tienen menos distracciones en su casa, que pueden empezar a trabajar más temprano y que, por lo tanto, la mayoría del tiempo están más concentrados en el trabajo y con mucha más energía para llevarlo a cabo. Sin ninguna duda, el equilibrio entre la vida personal y la profesional puede aportar grandes beneficios a ambas partes, tanto a la empresa como a los empleados, por lo tanto, practicar una gestión más flexible con respecto a la asistencia de los empleados en la oficia, es una muy buena opción.
Es evidente, que todo el mundo esperará mucho más y también es posible que quien esté leyendo este post ya tenga una motivación extraordinaria, pero probar cosas nuevas no puede ser malo. Los empleados son personas muy distintas entre sí, con intereses diferentes y que provienen de entornos y orígenes personales y profesionales muy dispares. Si es posible reconocer las diferentes necesidades y valores de cada uno, será más fácil crear una cultura corporativa basada en la motivación y la creatividad
Cristina Del Amo
Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.