Los primeros días tras la vuelta de las vacaciones, son siempre un poco “raros”. Lo cierto es que no podemos decir que sean, precisamente, productivos: todos -empleados y managers- necesitamos un poco de tiempo para “resetear” nuestra mente de los recuerdos de las vacaciones y traerla de vuelta, a la senda de los compromisos profesionales. Es importante garantizar que este período de estancamiento no se extiende demasiado en el tiempo.

Si eres responsable de un equipo o si estás al cargo de la gestión del personal en tu empresa, estas son solo algunas cosas, que creo que puedes hacer para volver a llenar de energía a tus empleados.

Conceder el tiempo adecuado

Todos necesitamos nuestro tiempo para acostumbrarnos a la rutina diaria. Es normal que la gente quiera compartir con el resto de compañeros, sus anécdotas estivales, sus experiencias o los buenos recuerdos que tienen de los días de descanso.

Es bastante común que las personas, cuando vuelven al trabajo después de las vacaciones, hayan olvidado lo que estaban haciendo exactamente antes de irse. Por eso, las primeras horas tras reincorporarse, suelen “perderse” con tareas sencillas e innecesarias.  No pasa nada porque se dediquen un par de horas a charlar, “aclimatarse” o limpiar la carpeta de la bandeja de entrada. Pero después, hay que empezar a ponerse las pilas y retomar las riendas

Renovar los objetivos individuales

Si, a pesar de respetar los tiempos de adaptación personal, crees que hay alguien, dentro de la empresa, que ha perdido el norte, y que ha dejado de tener claro cuál es su misión individual, sería recomendable que mantuvieras una conversación, más íntima con esa persona, para abordar la situación y tratar de recordarle -o más bien- volver a darle visibilidad a los objetivos establecidos a principios de año. Es importante que cada uno tenga claro cuál es su papel dentro del equipo -también a nivel corporativo- y cómo impacta su trabajo en el conjunto de la organización. Esto le ayudará, sin duda, a saber, que trabaja para un propósito común y, seguramente, le traerá de vuelta, al nivel esperado.

Reunir el equipo

Convoca, cuanto antes, una reunión de equipo para asegurarte de que todos tienen claro, cuáles son las prioridades más inmediatas. Por supuesto, es importante ser transparente y muy claro con los mensajes que quieres transmitir, pero, al mismo tiempo, debes dar a la gente, la oportunidad de hacer preguntas y de expresar sus ideas y opiniones. LIBREMENTE. Trata de establecer un clima positivo en el que todos se sientan cómodos para hablar sin miedo.

Vigilar el estado de ánimo

Una persona desanimada puede arrastrar al resto del equipo en su caída. Por eso, es importante, detectar, a tiempo, aquellos empleados que están bajos de ánimo. Es posible, que no seas capaz de sacarle de su situación, pero sí que podrás tomar medidas para neutralizar o, al menos, minimizar, el impacto de su estado de ánimo en el resto de los compañeros.

Si ves que hay alguien es esta situación, es decir, con el ánimo por los suelos, puedes llevarlo aparte y tratar de averiguar qué es lo que le pasa. A veces, simplemente, el hecho de hablar con alguien sobre lo que está pasando -ya sea personal o profesional- y sentirse escuchado, es suficiente para impulsarse de nuevo hacia arriba. Recuerda que el estado de ánimo y los niveles de energía, están estrechamente relacionados, lo que significa que las personas pueden estar mejor o peor preparadas para abordar determinadas tareas, en función de su estado de ánimo.

Por ejemplo, si alguien ha regresado de las vacaciones, rebosante de energía, es un buen momento para implicarle en la generación de nuevas ideas o en el impulso de un nuevo proyecto. Pero, si, por el contrario, hay alguien que no se encuentra en un momento anímico más bajo, sería más recomendable, dirigir sus esfuerzos hacia tareas un poco más rutinarias y menos exigentes, que, aún, siendo importantes, tienen a dejarse en un segundo plano, cuando todos están ocupados. De esta manera, pueden seguir siendo productivos, mientras redescubren su motivación. Pero ¡ojo! esta búsqueda del compromiso no debe dilatarse en el tiempo.

Programar citas informales

El período post-vacacional es un buen momento para organizar reuniones “one to one” con los miembros del equipo, incluso, aunque no haya evaluaciones formales que realizar. Los tiempos de descanso, a menudo, permiten a la gente reflexionar y pensar en lo que realmente es importante en sus vidas, tanto en el aspecto personal como profesional. Aprovecha la oportunidad para sentarte con los miembros de tu equipo y hablar sobre sus aspiraciones. ¿Qué buscan? ¿Qué les preocupa? ¿Qué quieren conseguir? ¿Cómo puedes ayudarles a maximizar el potencial de sus fortalezas y a abordar otros trabajos con los que realmente disfruten?

Haz que la formación y el desarrollo sean parte de la conversación. Incluso, aunque el presupuesto para los programas de formación sea limitado, seguro que puedes encontrar otras maneras más creativas para que los miembros del equipo desarrollen mejor sus habilidades. Si la gente ve que estás dispuesto a apoyar su desarrollo y su crecimiento, les estarás dando un verdadero impulso y les ayudarás a renovar su entusiasmo en los próximos meses. Es más, todo ello, podría hacer que alguien que hubiera valorado la posibilidad de buscar nuevos caminos profesionales durante las vacaciones, cambiara de opinión y se quedara en la compañía.

Ordenar las cosas pequeñas

A menudo, son las pequeñas cosas cotidianas las que arrastran a las personas. Es decir, la impresora que se sigue estropeando, la persiana que continúa rota o la cantidad de formularios que se completan, simplemente para realizar un pedido de papelería. Es increíble, la diferencia que puede suponer, el hecho de que un manager pueda intervenir para ordenar estos pequeños problemas que tanto irritan al equipo y desbloquearlo para que puedan continuar con su trabajo. No se trata solo de tener línea directa con “mantenimiento”, sino de asegurarse, por ejemplo, que se están utilizando al máximo de su potencial, las soluciones tecnológicas disponibles para administrar y gestionar a tu equipo de una manera más eficaz.

En este sentido, cabe señalar que, la última generación de sistemas de software HR, ofrece, por ejemplo, funciones de autoservicio de empleados, para que las personas puedan acceder, ente otras cosas, a las políticas de Recursos Humanos, actualizar sus propios datos personales, registrar sus ausencias o comprobar sus derechos anuales sin necesidad de tener que esperar a preguntar a su manager o a HR. Estas pequeñas cosas hacen que todo sea mucho más sencillo para que los empleados puedan gestionar su vida laboral y reducir, no solo los aspectos administrativos derivados de la misma, sino también los niveles de frustración.

Ofrecer a los colaboradores algo a lo que aspirar

Para conseguir que la gente esté motivada, tienen que tener algunas expectativas sobre lo que pueden esperar de su trabajo. Es un buen momento para empezar a organizar una jornada outdoor con el equipo. Pregunta a tu gente qué le gustaría que hiciérais e involúcralos en la organización del evento para generar una sensación de emoción, aún mayor. No tiene porqué ser un evento costoso.

De hecho, uno de los mejores proyectos en los que he estado involucrada recientemente, tuvo que ver con el reto de encontrar un tesoro en una determinada ciudad. Fue barato, autogestionado a través de una aplicación móvil y muy, muy divertido. Quizá también podrías considerar la posibilidad de introducir una actividad semanal, por ejemplo, pasteles a última hora de la mañana de un viernes, vinculado a la celebración de lo que se ha hecho bien durante los últimos siete días.

Si encuentras pequeñas maneras de ayudar a la gente y de hacer que el trabajo sea más divertido, verás que el impacto será relevante sobre los niveles de energía y entusiasmo de la gente. Te animo a que hagas la prueba y me cuentes.

 

 

Cristina Del Amo author image

Cristina Del Amo

Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.