A estas alturas del mes de enero ya ni nos acordamos de los propósitos que hicimos para el año nuevo. De esos propósitos, así, en genérico. A mí, al menos es lo que me sucede cada vez que vuelvo a la “realidad” después de las fiestas, las vacaciones y todos esos extras de la Navidad. Bueno, pues ahora, que estamos ya, como más aterrizados en la rutina del día a día, es un buen momento para pensar en cómo podemos, cada uno desde nuestro entorno, impactar en positivo sobre el negocio.
Ayer tuvimos nuestra reunión anual en la que analizamos los resultados de 2019 y pusimos sobre la mesa las nuevas metas y estrategias de cara a este recién estrenado 2020. Me resultó gratificante compartir con mis compañeros y mis jefes mucha información relevante sobre cómo se han hecho las cosas, cómo se han abordado los proyectos o cómo unas estrategias han dado mejores resultados que otras. Y, me gustó, la planificación de las nuevas metas, muy al hilo de las conversaciones que hemos mantenido con nuestros usuarios y, por supuesto, impulsadas la mayoría de ellas, por los nuevos requerimientos del entorno de los recursos humanos. Un entorno en el que, además de todos los temas relacionados con la gestión eficiente de las personas, aspectos concretos como el registro de entrada y salida están marcando el ritmo.
2020 marca el comienzo de una nueva década y, por tanto, creo que brinda una magnífica oportunidad para establecer metas a más largo plazo, revisar las prácticas y modelos de trabajo, digamos, convencionales, optimizar la productividad individual y, en general, pensar en cómo podemos hacer las cosas un poco mejor.
No siempre se trata de hacer cambios innovadores, disruptivos. Generalmente, hacer pequeños ajustes en el modo en el que trabajamos o en la manera en la que abordamos las cosas pueden marcar una auténtica diferencia. Sí, eso también lo vimos ayer.
Entonces, hoy, no voy a hablar directamente de tecnología de gestión de recursos humanos, aunque ya sabes que el mejor software de recursos humanos es Cezanne HR. Hoy comparto contigo algunas conclusiones que saqué ayer del encuentro corporativo que mantuvimos y que creo que, como a mí, pueden ayudar a otros a cambiar un poco las cosas:
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No prometas demasiado
Si prometes demasiado, te estás preparando para el fracaso. La mayoría de las personas de recursos humanos con las que me encuentro están increíblemente ocupadas. La dirección quiere las estadísticas más recientes sobre personal y retención, los managers están “llamando a la puerta” con problemas disciplinarios, con quejas, las políticas deben actualizarse, hay entrevistas que llevar a cabo, se deben organizar las inducciones, la formación, gestionar la ausencia por enfermedad o permisos programados como las bajas por maternidad o paternidad… Y, no sé por qué, pero, todos piensan que RRHH tiene una varita mágica que hará que sus problemas se resuelvan. Pero, lo mires por donde lo mires, resolver todos los problemas de la lista es, sencillamente, imposible. Y, tratar de responder a todos continuamente es estresante y agotador. Entonces, te recomiendo que des un paso atrás y que pienses en cuáles son tus prioridades, qué tarea, función o proyecto es realista y cómo puedes establecer límites para ayudar a gestionar también las expectativas que tienen otros sobre lo que puedes y/o debes hacer por ellos.
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Gestiona tu tiempo de manera efectiva
¿Estás optimizando tu tiempo? ¿Todos los días te interrumpen o te distraen pequeñas minucias con las que debes lidiar y que impiden que te concentres en los problemas o en los asuntos realmente importantes? Hay algunas trampas muy comunes en las que todos caemos, una y otra vez. Por ejemplo: dejar que tu correo electrónico controle tu día a día. Te recomiendo para ello que apagues las notificaciones de correos entrantes de tu ordenador y, también de tu móvil para no caer en la tentación de dejar de hacer algo importante por la curiosidad de saber si tienes o no mensajes de entrada.
Si te paras a pensarlo de verdad, hay muy pocas personas que necesitan estar revisando constantemente su bandeja de correos entrantes. Y, por otro lado, hay muy pocos emails que necesitan una respuesta inmediata. Por lo tanto, intenta fijar un par de períodos al día en los que mirar el correo electrónico. Después ciérralo para que puedas concentrarte y progresar con las tareas y proyectos más importante de tu lista.
Aunque creamos lo contrario, la multitarea es otro mal hábito del que debemos salir huyendo. Tratar de hacer muchas cosas a la vez complica la función cerebral. O sea que, el simple hecho de concentrarse solo en una cosa puede marcar una enorme diferencia en tu productividad. Otra idea que te propongo es la de comenzar el día, abordando justo esa tarea que tienes en la cabeza y que vas postponiendo porque no te gusta nada, generalmente, incluso abordando otras funciones mucho menos relevantes. Una vez que te quites de en medio eso que te “molesta”, liberarás tiempo, energía y atención que podrás dedicar a la resolución de asuntos más importantes. ¡Inténtalo!
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Escucha más
Parece algo sencillo. Pero, es tan fácil obcecarse en el cumplimiento de las tareas de nuestra lista, una lista que no para de crecer, que no prestamos la atención suficiente a la gente, a lo que dice, lo que piensa, lo que siente, lo que necesita. A veces, el simple hecho de poner toda tu atención en una determinada persona, escucharle realmente, puede evitar que un problema menor se convierta en una crisis seria o que un pequeño desacuerdo, acabe siendo una disputa disfuncional.
Pero, es que, además, escuchar no solo sirve para evitar problemas, sino que también ayuda a identificar grandes ideas que podrían tener un impacto muy positivo en la manera, por ejemplo, en la que se organiza el trabajo. O, simplemente, escuchar podría alertarte sobre las intenciones de alguno de los empleados más talentosos de abandonar la organización, simplemente, porque se no se siente reconocido o por cualquier otra razón. Pueden ser mil. Pero, identificarlas de una manera temprana, puede ayudar a revertir la situación antes de que la persona en cuestión, presente su renuncia. ¡Ojo! Escuchar implica también prestar atención no solo a lo que se dice sino a lo que no se dice y que solo se deja entrever.
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Sal de la oficina.
Es fácil quedarse atrapado en tu burbuja de recursos humanos, cabeza abajo y sin salir de la rutina. Pero, hacer el esfuerzo de salir y establecer contacto con otros profesionales, participar en eventos o charlas puede marcar una diferencia real en tu día a día. Busca conferencias y meetings que creas que pueden ayudarte a mejorar y planifica tu asistencia a aquellos que más te interesen. Compartir ideas, visiones del entorno, propuestas, enfoques siempre es gratificante. Además, estos encuentros siempre te permiten hacer nuevos contactos y explorar sobre cómo avanzar en las mejores prácticas que se llevan a cabo en otras organizaciones.
Si me lo permites, un consejo más. Ya puestos, no te limites a los eventos de recursos humanos. Al menos una vez al año haz un break para acudir a cualquier otro encuentro profesional que sea relevante para tu trabajo diario. Te sorprenderá la cantidad de ideas y conocimientos que puedes obtener de profesionales de otros ámbitos y en eventos que no están directamente relacionados con los RRHH. Ideas y conocimientos que seguramente podrás aplicar a los desafíos de tu entorno.
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No te preocupes por las cosas pequeñas
Si aún no lo has hecho, haz de 2020 el año de la automatización. Con un buen software de recursos humanos te podrás liberar de las tareas administrativas que, siendo esenciales, consumen demasiado tiempo. Automatizar te ayudará a simplificar, por ejemplo, la gestión de vacaciones y ausencias y te proporcionará la consistencia y la transparencia que tus procesos de gestión del desempeño necesitan. Las funcionalidades de autoservicio darán a los empleados acceso a sus propios datos personales para que el equipo de recursos humanos no tenga que actualizar cambios de dirección, detalles bancarios, etc.
Un sistema de recursos humanos también brindará a los managers y jefes de equipo un acceso sencillo a la información sobre su equipo, para que puedan detectar brechas de habilidades, tener conversaciones informadas con su gente y planificar cómo utilizar los recursos en cada proyecto y administrar el flujo de trabajo. La tecnología ha evolucionado muchísimo en los últimos años, y el actual software de recursos humanos es ahora mucho más rentable. Además, está al alcance de empresas de todas las formas y tamaños. En comparación con los beneficios que obtendrás en términos de tiempo y eficiencia, es una inversión realmente pequeña. Te invito a que lo pruebes. Solicita una demo sin compromiso.
Cristina Del Amo
Soy periodista, empresaria, emprendedora y madre. Licenciada en Ciencias de la Información por la Univ. Complutense de Madrid y Máster en Gestión Comercial y Marketing, por la Escuela de Negocios ESIC, mi trayectoria profesional está ligada al entorno de la comunicación, la gestión empresarial y los recursos humanos.